Etapa 1: Oporto - Vila Chã

Como todos los caminos de Santiago que comienzan en Oporto, la Catedral es el punto de encuentro de quienes siguen la ruta del discípulo de Jesús. Ahora, para evitar confusiones con todas las flechas, un consejo: siga el mar. Este primer momento fuera de la ciudad puede resultar agotador para quien espere más naturaleza, pero aproveche para maravillarse con la arquitectura de este lugar.

Escondida, la escultura del mayor poeta de la lengua portuguesa se alza justo a la entrada de la parroquia de Foz do Douro. Este balcón frente al océano es el lugar de descanso perfecto para reflexionar sobre el camino que queda por recorrer y, tal vez, dar de comer a algunas palomas hambrientas que deambulan por allí.

¿Listo para un chapuzón? Desde aquí muchos tenemos la sensación de que empieza realmente el Camino de Santiago da Costa. También encontrará el centro de apoyo al peregrino, donde podrá conseguir un sello, y una acogedora cafetería donde podrá relajarse en la terraza.

Después de Matosinhos hay una pasarela que conecta la mayor parte de la ruta. Puede resultar duro para los pies, ya que todo es de madera. El calor junto al mar puede ser engañoso, ya que, por mucha brisa que haya, el sol es más fuerte. Por eso hay que ponerse crema solar de 50+.

El pequeño pueblo pesquero es una parada obligatoria en el camino. Con lugares para dormir y comer, aprovecha la calma después de la ciudad y experimenta este lugar.