Las lesiones más comunes en el Camino de Santiago

El Camino de Santiago puede ser un ejercicio sencillo para la mayoría de las personas. El reto suele ser, más allá del desgaste físico, más mental que corporal. El cansancio se siente, se piensa. Sin embargo, las lesiones en el Camino de Santiago son posibles, incluso para los peregrinos más preparados. Aunque la mayoría de ellas son leves -como las ampollas-, siempre es importante tener cuidado y saber cómo evitar momentos más incómodos durante la peregrinación.

Peregrinos recorriendo los pintorescos paisajes de campos y colinas de La Rioja en el Camino de Santiago - España

Cómo evitar las ampollas en los pies en el camino de Santiago.

En el Camino de Santiago las lesiones pueden ser desagradables. Las tan molestas ampollas. Cuestan tiempo, energía y, a veces, incluso dinero. En el peor de los casos pueden infectarse, poniendo en peligro toda la peregrinación. Sin embargo, con las recomendaciones adecuadas, son evitables.

Lo primero que hay que hacer es comprar las zapatillas adecuadas.

La mayoría de las ampollas aparecen porque, al comprar, elegimos zapatos menos adaptados a la ruta que vamos a recorrer. Hay dos cosas que tener en cuenta: primero, el zapato debe ser un poco más grande que nuestro pie. Por ejemplo, si usas la talla 38, no te alarmes si te sugieren la talla 40 en la tienda. Incluso podrías sentirte un poco ridículo con un zapato tan ancho y desproporcionado. zapatosPero ten en cuenta lo siguiente: con el paso del tiempo, los pies se nos hinchan. ¡En serio! La gravedad es la culpable. Caminar durante muchas horas lleva sangre a las venas de las piernas, dejando pasar agua e hinchando esa parte del cuerpo.


Qué causa las ampollas. 

Cualquier fricción repetitiva puede provocarlas. Las ampollas no son más que depósitos de líquido que protegen la piel cuando está sometida a presión. Esto ocurre sobre todo si caminas varios kilómetros al día. La combinación de hinchazón y ampollas es, por tanto, natural.

Así que, en segundo lugar, el mejor consejo es, en realidad: para cuando lo necesites. A veces piensas que 5 ó 6 kilómetros más, para alguien que ya ha pisado 20 en el mismo día, no son nada. Pero lo peor siempre ocurre al llegar al destino. Una ampolla, si no permite continuar el camino con normalidad, puede coger una infección y es mejor perder un día de marcha que todo el camino.

Por lo tanto, con las zapatillas adecuadas, ya bien puestas, calcetines secos, y sabiendo cuándo parar son las mejores formas de prevenir las ampollas.

Cómo evitar el dolor de piernas.

En este artículo, utilizamos "dolor de piernas" como término general para cualquier dolor que gire en torno a la tibia, el hueso principal de la pierna. Es, por supuesto, común entre corredores, bailarines y peregrinos.

Suele ocurrir debido a un esfuerzo extremo por parte del caminante. Por ejemplo, caminar 30 kilómetros (como la etapa que lleva de Barcelos a Ponte de Lima) sin estar acostumbrado. Aunque es incómodo, la mayoría de los casos se solucionan con reposo y poniendo hielo en la zona infectada.

Este dolor se siente debido a movimientos realizados repetidamente, como caminar, especialmente con más peso acumulado. Esta es la combinación del camino de Santiago. Varios kilómetros al día más una mochila pesada .

Una buena manera de evitar este tipo de dolor es distribuir la fuerza sobre el cuerpo. Por lo tanto, el uso de bastones de trekking Ayuda a prevenir lesiones innecesarias al exigir una postura correcta por parte del excursionista.

Dolor de rodilla.

Las lesiones de rodilla son las más complejas de las enumeradas en el artículo porque están relacionadas con el terreno que compartimos con muchos otros peregrinos. Al ser irregular -basta pensar en los caminos de tierra, por ejemplo, o en las bajadas a Pontevedra-, obliga a la articulación a doblarse y desdoblarse. Esto va en contra de su naturaleza inflexible. Esto, sumado al peso en las mochilas, es la oportunidad imperfecta para una lesión difícil de seguir y atender. A menudo les obliga a terminar el viaje antes de tiempo. Para evitarlo, se debe confiar en una caminata asistida por bastones de trekking, que ofrecen una estabilidad añadida al viaje. Antes de iniciar la caminata, siempre es buena idea estirarse un poco.

Camino de Santiago: ¿Qué hacer en caso de lesión?

Aunque el Camino de Santiago es una ruta segura que realizan miles de personas cada año, no es imposible acabar el día con una lesión. En estos casos es importante tener siempre a mano la tarjeta sanitaria de la Unión Europea, si se es ciudadano europeo. Facilita el acceso a los hospitales y sólo paga lo que pagaría en su país de origen. Lo que puede suponer un ahorro.

¿Cuál sería para ti la peor lesión en el Camino de Santiago? ¡Compártela con nosotros!



"De camino" con Dina

Cuando la rutina empezó a agobiarla y su cuerpo le pidió silencio, Dina eligió escuchar. El Camino surgió como una pausa y una transformación, una vuelta a la sencillez, donde la única dirección es el siguiente paso y cada momento es una invitación al descubrimiento. Entre tortillas memorables, albergues improvisados y encuentros sorprendentes, vivió cinco intensos días en el Camino Inglés, guiada por el coraje y el deseo de vivir con menos... pero sentir más. Lee la entrevista completa y déjate inspirar por esta experiencia de cambio y renovación.

"De camino" con Marta

En medio de una etapa turbulenta, Marta optó por parar y respirar, y en ese gesto se reencontró a sí misma. En 29 días de descubrimiento entre Lisboa y Santiago, fue su propia transformación la que la marcó, la diferencia entre los que se van y los que llegan, y todo lo que sucede en el camino. Hecho con coraje, curiosidad y un incansable espíritu de aventura, su testimonio demuestra que el Camino es tanto un viaje físico como una travesía interior. Lea la entrevista completa y déjese inspirar por este viaje único.

"En el camino" con Neuza Graça

Lo que empieza como una promesa entre amigos puede convertirse en una tradición que cambia vidas, y eso es lo que le ocurrió a Neuza, cuyo Camino de Santiago nació tras una peregrinación a Fátima con una mochila a la espalda. Cada año, ella y su grupo eligen una nueva ruta, y la de la Costa la llevó por senderos junto al mar, entre retos, risas y momentos mágicos que demostraron que caminar transforma mucho más que el cuerpo. Entre gambas a la plancha, amistades improbables y noches en vela, la certeza se mantuvo: no hay que pensar demasiado, sólo ponerse las zapatillas, abrir el corazón y ponerse en marcha. Lea la entrevista completa y déjese inspirar por quienes han elegido vivir el Camino con alegría compartida y la voluntad de no detenerse nunca.

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