"En camino con Jesús
Jesús Vitor ha sido influenciado (en el buen sentido) por lo mejor que el arte tiene que ofrecer y, sin saberlo, comenzó una seria relación con el viaje francés a la capital de Galicia. Lee esta entrevista y déjate inspirar por este viaje.
¿Por qué hicisteis el Camino de Santiago?
Jesús: Dicen que el Camino te llama.
El Camino aparece en mi vida a través de la película "El Camino". En aquel momento pensé que era una obra de ficción, no sabía que había varios caminos para llegar a Santiago de Compostela. Leí por segunda vez el libro de Paulo Coelho "Diario de un mago". Y, de nuevo, seguí pensando que sería ficción.
La lectura del libro me dejó con ganas de vivir una aventura similar, sin imaginar que algún día lo conseguiría. El senderismo llegó a mi vida a través de amigos. Empecé a participar en excursiones los fines de semana, y allí, por primera vez, empecé a oír hablar del Camino de Santiago.
En mi grupo de excursionistas había alguien que iba a hacer el camino de Valença a Santiago. En aquel momento no me hizo mucha gracia, pensé que sería un viaje de sacrificio y dolor. No me atraía mucho la idea de caminar durante una semana con un grupo de gente. En 2020 conocí a André, un francés de 68 años.
Me cuenta que ha hecho tres veces el Camino de Santiago, desde Bretanha hasta Santiago. Me anima a hacer el Camino, diciéndome que es algo fenomenal y que nunca olvidaría la experiencia. Ese mismo año empezó a crecer en mí la idea de hacer el Camino de Santiago. Sin dudarlo, tenía claro que quería hacer "El Camino Francés" desde Saint Jean Pied de Port hasta Santiago. Entonces surgieron las preguntas: que serían demasiados días, que no tendría tiempo suficiente, etc.
La carretera de ese año fue sustituida por la Nacional 2 en moto, me pareció una aventura más factible y posible. El camino francés seguía siendo un sueño, imposible de realizar porque nunca disponía del tiempo necesario.
En marzo de 2022 volvieron de nuevo mis ganas de hacer el camino, empecé a planificarlo y a buscar información en Internet: cuántos días, qué llevar en la mochila, dónde dormir. Empecé a preparar lo que debía llevar en mayo, para asegurarme de que no olvidaría nada. Mi día de salida estipulado era el 15 de agosto.

¿Cuántos días te llevó?
Jesús: Hice el camino francés en 25 días, a una media de 32 kilómetros diarios. Cada persona tiene su ritmo, y también el tiempo disponible es un factor a tener en cuenta, nos condiciona. Tenemos que pensar que no somos indispensables, la vida sigue sin nuestra presencia. Siempre podemos hacerlo todo; sólo tenemos que ponernos en marcha.
¿Cuál fue la mejor comida del camino?
Jesús: El Camino Francés ofrece un conjunto muy bueno de apoyo a los peregrinos. A lo largo de todo el Camino hay lugares para comer, restaurantes, cafeterías y supermercados. También hay varios lugares donde alojarse, para todos los bolsillos, con algunos albergues donde las pernoctaciones se pagan con donativos.
Si tienes dificultades económicas puedes pasar la noche sin pagar nada, si es el caso. Conocí a una persona italiana en el Camino que lo hacía sin dinero. Mi mejor comida quizá fue en el albergue de José Manuel, no recuerdo el nombre del pueblo. También me gustó un albergue de donativos, donde todos ayudábamos a preparar la comida. Lo mencionaré, aunque no creo que sea necesario, pero todos os habréis dado cuenta de que algunos albergues también sirven comidas.
¿Cómo te preparaste físicamente para el viaje?
Jesús: Mi preparación antes de emprender el camino fue simplemente caminar los fines de semana. Hacíamos 15 kilómetros los domingos. No creo que se necesite mucha preparación para recorrer el camino. Tenemos todo el tiempo del mundo durante el día, no hay nada más que hacer que caminar. Paramos a comer, a tomar un café, a contemplar el paisaje. Creo que la verdadera preparación se hace en la primera semana del viaje. Caminar largas distancias todos los días no es algo natural para todo el mundo. Es algo que se hace día tras día, haciendo que el cuerpo se acostumbre. Mi primera semana fue de dolores en el cuerpo, las piernas y los pies. Cuando llegué al albergue y paré, caminar me resultaba difícil, pero miraba a los demás excursionistas y casi todos tenían el mismo problema. A la segunda semana, mi cuerpo ya estaba acostumbrado y todo era más fácil.
¿Qué fue lo que más te sorprendió en el Camino?
Jesús: Para mí, recorrer el Camino sería como hacer una excursión parecida a las que solía hacer los fines de semana, sólo que más larga. Pero estaba equivocado. La mayor sorpresa del camino fue la noción del tiempo. Después de caminar varios días, el tiempo tiene otra dimensión, todo es más lento. Todo lo que hay que hacer durante el día es únicamente caminar. Los únicos pensamientos que tenemos durante el día son las cosas básicas, sencillas. Llamar a mi familia, dónde voy a parar a comer, dónde voy a dormir, cuántos kilómetros voy a recorrer mañana, qué hago aquí
El tiempo se ralentiza. Parecía que tenía tiempo para todo, a pesar de los muchos kilómetros de marcha, el dolor de pies y piernas y algo de fatiga. Mi estado mental era de pura relajación.

¿Cuál ha sido tu momento más difícil?
Jesús: El momento más difícil para mí fue atravesar la meseta: largos caminos siempre en línea recta, con llanuras que acompañan a los lados. Me recordaba al Alentejo. Caminar en línea recta se me hizo bastante monótono, sentí cierta soledad. Sobre todo porque esta fue una de las partes de la ruta que no hice con compañía. Caminar solo es diferente a tener compañía, te hace salir de tu zona de confort.
¿A quién conociste en el Camino que nunca olvidarás?
A Jesús: Sabía que el Camino Francés era muy transitado, pero no sabía que lo recorría gente de todos los continentes. Conocí a gente de los cinco continentes. Las cenas al final del día eran siempre muy animadas, siempre formadas por gente de todo el mundo, algunos de los cuales volvería a ver al día siguiente en los puntos de parada. El objetivo de todos era el mismo, llegar a Compostela, y otros continuaban hasta Finisterra, el fin del mundo, como decían algunos. Hay varias personas a las que nunca olvidaré porque estuvieron conmigo durante todo el camino, caminando o cenando.
¿Qué debe incluir la maleta de un peregrino?
Jesús: Lo que no debe faltar en la maleta de un peregrino es una pregunta muy difícil de responder. Creo que depende de cada persona. En mi caso, creo que una buena mochila es imprescindible, así como Compeed: las almohadillas para las ampollas de los pies, me fueron de gran utilidad. También los bastones de trekking. Lleva lo mínimo en la mochila; si falta algo, siempre puedes comprarlo en el Camino.
Si pudieras dar un solo consejo a la gente que está pensando en hacer el camino, ¿cuál sería?
Jesús: Un consejo que puedo darles es que no planifiquen demasiado, que vayan a su ritmo. Una vez allí, ajústalo a tu ritmo. Toda la ruta cuenta con apoyo para los peregrinos. Las etapas estipuladas son sólo una referencia para los caminantes, y si quieres puedes parar en el siguiente pueblo, donde también tendrás un lugar donde dormir. En los meses de invierno, al ser menos transitados, es natural que muchos albergues estén cerrados debido a la escasa afluencia de gente. Esto es algo a tener en cuenta.

¿Cuál fue su reacción al llegar a Santiago?
Jesús: Cuando llegué a Santiago sentí una mezcla de emociones: alegría por haber conseguido mi objetivo y tristeza porque sabía que se acababa. Volvía al mundo real.