En un viaje donde cada paso es un viaje interior, Joana encontró más que solo senderos y paisajes impresionantes en el Caminho Português do Interior: se descubrió a sí misma. Impulsada por la búsqueda de paz y concentración, pasó seis días recorriendo una ruta marcada por el silencio, la lluvia persistente y las sonrisas de otros peregrinos que, con un simple "buen camino", iluminaron el camino.
En esta entrevista, comparte cómo el Camino la ayudó a abrir su alma y su corazón, sanándola del dolor y el desapego. Nos habla de las empinadas subidas, la magia del verde bosque y las aguas cristalinas de los arroyos, y cómo cada desafío reforzó su valentía y fuerza interior. Para Joana, el Camino se trata de pertenencia, libertad y superación: una experiencia tan transformadora que planea repetirla algún día con su hija.